Ya sabemos que los conos de la retina son los encargados de apreciar los colores. Unos son más sensibles al rojo, otros al verde, otros al azul, etc., después en el cerebro, se integran todos y se aprecia el color definitivo.
Hay personas que, debido a una lateración genética no son capaces de distiguir el verde del rojo. Son los llamados daltónicos. El daltonismo se da en el 8% de los hombres y mucho más raro en las mujeres. Peor es el caso de los acromatópsicos que son aquellas personas que no pueden distinguir ningún color. Sólo tienen capacidad para ver diferentes tonalidades de gris, por lo que la vida para ellos es algo similar a una película en blanco y negro.
Ambas alteraciones, daltonismo y acromatopsia, son hereditarias y por tanto, las padecen padres e hijos.