Los termómetros clínicos tienen usos específicos. Los más modernos son los termómetros digitales, estos actúan por circuitos electrónicos que dan la temperatura en cifras que aparecen en una pequeña pantalla. Se puede tomar la temperatura de un enfermo de la siguiente forma:
La Temperatura Rectal. Se toma introduciendo el extremo inferior del termómetro en el recto. Esta es la que más se aproxima a la temperatura central orgánica, por lo que es la más confiable.
La Temperatura Axilar. Se toma en la axila, es aproximadamente 5 décimas de grado inferior a la temperatura rectal.
La Temperatura Bucal. Se toma debajo de la lengua, pero es muy poco confiable, debido a la ventilación nasal y peligrosa ya que el termómetro puede romperse.